Esa pinta descomplicada delata a Yuly Viviana Díaz, una bogotana de 23 años, que le ganó el partido
a la parálisis cerebral que padece de nacimiento y que está a punto de cumplir el sueño de su vida: graduarse de diseñadora
de modas.
De niña, su colección de Barbies no tenían los vestidos de fábrica. La chiquilla asaltaba el costurero
de la abuela en busca de agujas y botones de repuesto para confeccionar, a su manera, los trajes de sus queridas muñecas,
algunas de las cuales carecían de cabeza.
Hace cuatro años y luego de terminar sus estudios de bachillerato, Yuly ingresó a la facultad de
Diseño de Modas de la Fundación del Área Andina.
Ese paso significó demostrar que, pese a su limitación, que la obliga a transportarse en los recorridos
largos en silla de ruedas, sí podía estudiar sin acudir a un instituto para personas especiales.
"Me gusta la alta costura. Algún día pienso poner mi propia boutique, pero eso sí, antes de mostrar
mi talento en Europa", cuenta Yuly con una carpeta en sus manos, que contiene una muestra de los diseños que tuvo que presentar
en una clase como si fuera a vestir a una candidata al reinado de Cartagena.
Se ve entonces en una hoja tamaño carta a una modelo con un traje de color morado, que le llega
a los hombros, y que deja ver su espalda desnuda.
Esa es la propuesta de vestido de Yuly que, según ella, sería ideal para la noche de coronación.
"Mire, yo también le hice los zapaticos y la pulsera", agrega mientras señala con el dedo cada una de las piezas.
Ya viste modelos
Dora, su mamá, acaba de avisarle, al oído, que la modelo ya está lista. Se trata de Manuela Loaiza,
la compañera de curso dueña de las caderas perfectas para exhibir uno de los diseños más interesantes e innovadores de esta
talentosa mujer.
Es un uniforme de fatiga, que les permitiría a las mujeres pertenecientes al Ejército no tener
que utilizar el mismo traje que usan los hombres.
"El pantalón es ajustado y no suelto, como el de los soldados. Además, trae su corsé con varillas
y todo", explica Yuly, con el metro colgado al cuello y sus manos bordeando la cintura de la modelo.
Esta versión femenina de uniforme se complementa con una cartera que, según la necesidad, se convierte
en tula de campaña.
El accesorio fue presentado en la última versión del Círculo de la Moda.
"Es muy buena alumna. Nunca falta a clase. Los profesores le ayudan en todo", señaló Manuela.
Ahora, la diseñadora le dice a su mamá que le alcance la bolsa de tela que inventó para que los
supermercados reemplacen las de plástico.
"Ella siempre está en función de crear. Cuando se le mete una idea en la cabeza nadie se la saca",
asegura Dora, que no duda en presumir que la chaqueta que tiene puesta se la hizo hace dos años su hija cuando apenas comenzaba
a estudiar. "Ahora, es más pulidita", termina.
Esta madre de familia es la más orgullosa con los avances profesionales de su hija y es su traductora,
pues Yuly habla con dificultad. Todos los días la acompaña a clase y cuando no puede le contrata un servicio para que la devuelva
al barrio Zarzamora, donde viven.
Lo único que le ha costado un poco a Yuly es diseñar sobre papel. Debe hacerlo en el programa de
computador Corel.
Pero nunca se vara. Si para terminar algún vestido tiene que bordar, "pues fijo los detallitos
con pegante para tela", explica.
Se espera que en marzo del próximo año Yuly se pueda graduar, después de sustentar su tesis de
grado.
Esta última será una revista virtual llamada Area Andina Fashion y dedicada a la promoción de sus
diseños que también incluyen zapatos, carteras y accesorios como collares y pulseras.
Aunque no tiene un diseñador colombiano favorito, piensa que el trabajo de Christian Dior es sobresaliente.
Afirma que le gusta como combina los colores la modelo y presentadora Laura Acuña y que a la cantante
Yolanda Rayo "le falta un poco de gusto" para escoger su vestuario.
Es amante del cine y no es raro verla después de salir de clase en las salas del Centro Andino.
A este reportero le censuró su pinta y hasta la catalogó de anticuada y pasada de moda: "Ponte
una chaqueta de cuero, una camiseta de cualquier color y unos jeans desgastados", le recomendó en medio de una sonora carcajada.